He pensado en unir bajo un mismo nombre las entradas digamos, más literarias que voy haciendo en el blog. Algunas son recientes y otras formarán parte de textos (poéticos la mayoría) que llevo escribiendo hace mucho y que estoy ahora intentando ordenar y dar forma final. Tengo diferentes títulos, porque hay trabajos muy distintos, pero no voy a usar aquí ninguno de ellos. En cambio, voy a identificarlos con el nombre de cuadernos cordobanos. Suelen ser poemas o textos en general cortos, como el de Darío que subí el otro día, así que espero no sea pesado leerlos. Feliz último domingo de Febrero a todos, este texto es justo de Febrero de hace un año, por eso lo elegí creo, sin estar del todo segura….
Sobre puentes y puertas
Con las piernas mantengo el equilibrio, escapo o me acerco, bajo al infierno e incluso sostengo -un pie primero otro después- una cierta perspectiva de la que he borrado el horizonte, y sin embargo puedo seguir caminando. Puentes.
Son puentes el tacto suave y flexible del cuero algo gastado de mis sandalias en un día de verano, cerca del mar cuando está en calma.
Con las manos en cambio señalo, ataco y digo o grito cosas que no querría gritar ni tampoco decir. Ocurre que me pesa su lengua larga y su pequeño cerebro amarillo y dominante.
Las manos son puertas laberinto con varias salidas que se proyectan al vacío y, solo a veces, brillan. Con las manos tocamos: Noli me tangere. No me toques, no me entretengas.
Cayo Julio Solino, gramático y compilador latino que vivió en el siglo III o quizá IV, contó esta historia… hallaron unos ciervos blancos 300 años después de la muerte de Julio Cesar. Cada ciervo tenía un collar, en el que aún se podía leer esta inscripción: noli me tangere, caesaris sum.
Con las manos tocamos, no me entretengas.
Febrero 2017
Foto:dibujo de Catrin Welz -Stein