Se ruega leer escuchando Gymnopédie nº 1 de Erik Satie:
https://www.youtube.com/watch?v=zWgC8hRlOK4
Hay momentos de la prosaica cotidianeidad que pueden convertirse en sublimes.
Me dispongo a compartir uno
Señoras…
Señoritas…
Caballeros…..
Declaro que una de las tareas domésticas que más me gusta es planchar,
coger un buen montón de ropa y ver como las prendas van recobrando su tersura,
su aspecto original, fresco y valiente.
De guiñapo a camisa,
de churro a pantalón.
Y, mientras plancho, mi vida también se alisa….
Voy deshaciendo las arrugas mentales, los problemas encuentran soluciones,
ó, finalmente, una vez planchados, adquieren aspecto de aceptables…
Ocurre también,
que tengo el privilegio de planchar con acompañamiento musical.
Mi hijo suele tocar el piano mientras plancho
y así las melodías guían mis pensamientos,
entre los bufidos vaporosos
de mi pequeño dragón eléctrico.
Y cuando Gustavo toca a Satie….
la combinación resulta perfecta,
sublime.
El acto de planchar se convierte en un pequeño ballet,
los movimientos y las emociones siguen las cadencias del compositor
y el ritmo se ajusta,
alegre, saltarín o melancólico,
manga, preocupación, espalda,
cuello, añoranza, puño
pernera, bordado, servilleta.
De vida sumamente estrafalaria, con un sentido del humor caustico y genial que trasladaba a composiciones escritos y actitudes, su personalidad llena de voluntarias contradicciones me inspira cómplice ternura y admiración
Aunque tuvo muchos y célebres amigos, vivió siempre sólo en una habitación minúscula a la que jamás dejó entrar a nadie. Se declaraba filófono pero huía de toda clasificación. Defendía la música como algo para el disfrute sin más pretensiones y se reía, como yo, de los críticos y su petulancia.
Entre su amplísima producción musical: desde las canciones de cabaret hasta el ballet vanguardista “Parade”, Satie compuso también lo que él llamaba «música de amueblamiento», para escuchar mientras se realiza cualquier otra acción.
Le habría divertido saber que le escucho mientras plancho mis heridas.
Para acercarse al hombre
Erik Satie: “Memorias de un amnésico y otros escritos” 2007.
Ediciones Ardora ISBN 84-88020-03-1
Imágenes: Piano (Foto Gustavo Manterola). Retrato de Satie por Ramón Casas y dibujo del propio Satie