África, tierra sin frío, tierra sin arquitectura. Francis Kerè, el arquitecto africano

Compromiso ético, excelencia estética, sostenibilidad, integridad personal, carisma, bonhomía…son palabras que se asocian al arquitecto Francis Kerè. Nacido en 1965 en la pequeña aldea de Gando, situada en la región central de Burkina Faso, con 20 años le fue concedida una beca para estudiar formación profesional en Alemania, consiguió ingresar en la Universidad diez años mas tarde y finalizar Arquitectura con 39. Su proyecto fin de carrera, el edificio para Escuela Primaria en Gando -que fue construido con ayuda filantrópica-, mereció el Premio Aga Khan de Arquitectura 2004. Hoy tiene su estudio en Berlín, formado por un gran equipo, pero no olvida el privilegio de haber podido estudiar en Europa y mantiene vivo un profundo agradecimiento a su comunidad que suele demostrar en entrevistas, conferencias y proyectos.

Vasijas de barro cortadas e insertadas en la cubierta de la biblioteca como lucernarios
Francis Kerè en la Biblioteca de Gando

La escasez y el ingenio pueden ser mejor que la abundancia, dice Kerè. El uso de materiales locales como los troncos de eucalipto, la arcilla, los tejidos, la laterita, la cerámica; combinados con el cemento, el hormigón y los tejados de estructuras metálicas, manifiestan el empeño por fusionar técnicas tradicionales de construcción de pequeñas edificaciones, con procedimientos occidentales resistentes, aplicados a grandes arquitecturas, logrando alcanzar una permanente imagen de autenticidad y funcionalidad, una belleza sencilla, colorista y vital.

Escuela Primaria de Gando

El estudio de sistemas naturales de ventilación que garanticen el flujo de aire y su renovación es fundamental en sus edificios. Solo así se puede afrontar las altas temperaturas –entre 25 y 40ºC- y la obstinada insolación, en un paisaje de sabana con escasa vegetación dominado por la presencia de árboles aislados, verdaderos focos de vida. El árbol, un baobab o un mango generalmente, es el punto de partida de la arquitectura de Kerè. También en su aldea, Gando, hay un gran árbol donde todo sucede, las mujeres realizan tareas colectivas mientras charlan, los niños juegan vigilados, los animales pastan, los ancianos conversan, se dan las noticias y tienen lugar las campañas de vacunación. Un gran ágora de suelo terroso y sombra fresca.

Ese árbol es el que ha inspirado el pabellón para la Serpentine Gallery de Londres – construido e instalado en los Jardines de Kensinton- que fue encargado a Keré para la edición de 2017. Por regla general estos pabellones son efímeros, se vuelven a desmontar para dar paso al encargo del año siguiente, pero éste ha sido adquirido por una fundación y será instalado en Malasia.

Volviendo a África. En Burkina Faso, como en otros muchos países del continente, las edificaciones se construyen en comunidad, con la participación de toda la aldea. Esto es así para las chozas tradicionales privadas, tanto nuevas como las que son constantemente reconstruidas por los efectos de la lluvias torrenciales, crecidas y tormentas de arena, y se ha mantenido para los edificios colectivos proyectados por Keré, a pesar de que desconocían por completo el modo de hacerlo. Construir en comunidad da sentido de pertenencia a sus habitantes y orgullo colectivo. Inspiran. Keré precisa que es importante tratar con cuidado el papel que cada sexo juega en esta colaboración, fundamental para su eficacia: las mujeres acarrean el agua, hacen la mezcla y amasan el barro; los hombres cavan y colocan ladrillos.

Así se han construido en Gando no solo la Escuela Primaria, sino también su ampliación, las casas para los maestros, la Biblioteca, la Escuela Secundaria y el Centro de Mujeres. Otros proyectos en Burkina Faso, en Mali, Mozambique, Sudan, Uganda, Ginebra, USA, Dinamarca, Alemania e Inglaterra, completan su carrera de momento.

Liceo Shorge, Koudougou
Parque Nacional de Mali

¿Por qué es tan excepcional la figura y obra de Francis Kerè?

La historiadora del arte norteamericana Linda Nochlin, publicó en 1971, un artículo titulado ¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas? No es absurdo vincular ambas preguntas. Su mera formulación tiene ya algo de reproche… más si tratamos de responder aludiendo a que sus raíces se hallan en el no superado “problema de la mujer”o en el “problema negro”. La respuesta a ambas cuestiones, como nos dice Nochlin, hunde sus causas en factores sociales, culturales, económicos, institucionales, que han ido tejiendo una compleja red asfixiante y excluyente hacia todos aquellos que no fueran: hombre, blanco, y preferentemente de clase media. La educación, entendida como todo lo que nos ocurre desde el momento en que nacemos, símbolos, signos y señales cargados de significado, explica la excepcionalidad, casi el milagro, de que un africano destaque en el competitivo mundo de la arquitectura internacional, venciendo sus abrumadoras desventajas.

En África vive el 15% de la población mundial pero su economía global supone el 3%. Los datos de UNICEF señalan que el 28% de los niños están sin escolarizar, 19 millones de niños excluidos de la educación. La pobre calidad de la educación, donde no se alcanzan las competencias básicas por falta de frecuencia, problemas con la vasta diversidad de lenguas locales que dificulta la comprensión del maestro, la ausencia de infraestructuras y la escasez de profesores, son cuestiones trascendentales. Pese al aumento de las tasas de escolarización, la directora para África de Educación, del Banco Mundial, Sajitha Bashir traslada que «Hay una crisis de enseñanza en África. Hay más niños en la escuela, que es algo bueno, pues necesitan estar en la escuela; pero relativamente pocos están aprendiendo algo». Keré recuerda aulas oscuras y calurosas, clases abarrotadas, que hicieron despertar en él la voluntad de querer cambiar y mejorar las cosas, como motor de su propia trayectoria, convertirse en ejemplo estimulante para los jóvenes de su comunidad.

Kerè es un arquitecto idealista y soñador, cree en el poder de la arquitectura para mejorar el mundo. Su arquitectura es inteligente, no precisamente por su tecnificación robótica sino porque inteligente es maximizar y poner a trabajar a favor las condiciones existentes, aunque en apariencia sean muy adversas.

Exposición “Francis Kerè. Elementos primarios” en el Museo de la Fundación ICO, hasta el 20 de enero.


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