Angry black woman

penguin

Una de las ventajas que encuentro a Kindle Amazon es que cuesta menos bajarse algunos libros que posiblemente no te comprarías en una librería. El precio es inferior pero sobre todo ocupan un  lugar más camuflado en el escaparate de tus afinidades. No se ven y no hay espacio físico donde de fastidio cruzarse con ellos en casa.  No que me avergüence  leer las memorias de la  rutilante estrella Michelle Obama, pero ya se sabe de antemano que es un género previsible de memorias en formato best seller escrito por encargo con más o menos acierto, donde hablan de su propia persona como una celebridad y en medio de un despliegue mediático, al menos en el caso de Becoming (en español titulado Mi historia), igual o superior a cualquier gira de la mejor Madonna de los años noventa.

Algunos de los pocos críticos con esta biografía reconocen que hay que ubicar a la ex  First Lady  en un punto cercano a  dos iconos  afroamericanos amigas muy cercanas de Michelle, como Oprah Winfrey y Beyoncé Knowles. Y es que Obama es al mismo tiempo la ex primera dama y la última encarnación del  ya algo añoso american dream: la chica negra pobre pero estudiosa que llega a la cumbre de la élite del poder blanco. En resumen, la historia del libro.

Desde Lady Bird Johnson, con la única excepción de Pat Nixon, todas las primeras damas americanas han publicado  su memoir, donde en un tono más o menos intimista  exaltan los mandatos del marido. Me ha resultado difícil evitar mientras leía el libro la obviedad de que la misma figura de “primera dama” -por muy gloriosamente compleja, sofisticada o humanamente interesante que sea la persona- es un rol  hecho a la medida del hombre con quien están casadas y por tanto plagado de ecos patriarcales y del inevitable papel de  segundonas. Sin embargo, es difícil no  reconocer la fuerza de carácter y la autenticidad de esta mujer. El libro confirma la imagen que Michelle dio durante el mandato de su marido Barack: detrás de su adecuación al  molde pre establecido de First Lady, Michelle Obama tuvo el talento de dejar ver alguien real. Sorprende en estas memorias la sinceridad con que habla de su desafección  a la política y de la mayoría de  los políticos, y desde luego ajusta cuentas con  Donald Trump y en general con los prejuicios  de raza en Estados Unidos, sin pasar por alto el silencio estruendoso que le dedica a Hillary Clinton, con la excepción de su derrota y de la cólera que sintió al ver como Trump la humillaba públicamente en televisión.foto principal


El recorrido por su infancia en una familia trabajadora del sur de Chicago imagino que  es interesante para muchos colectivos americanos, pero me ha resultado previsible y algo ñoño, y claro, lo que todos buscamos es cuando aparece Barack en su vida, o lo que cuenta en la segunda mitad del libro sobre los años en la Casa Blanca, a veces excesivamente cargado de referencias a sus dos hijas que, más allá de la curiosidad, no hace sino relatar la dificultad de gestionar a dos adolescentes en una situación excepcional.

Son notables sus reflexiones sobre el trabajo de superación  y los sufrimientos con los que se enfrentó a lo que ella misma llama la imagen de angry black woman en la campaña de 2008: “Yo era mujer, negra y  fuerte… lo que para algunas personas se traducía simplemente en antipática”. De hecho, confiesa que sintió con  fuerza esos prejuicios, clichés y lugares comunes sobre las mujeres negras, sobre su asertividad o sobre su propio cuerpo rotundo, hasta el punto de verse como una influencia negativa en las aspiraciones de Obama a la presidencia.

La palabra memoria, en griego antiguo mérmeros, proviene del término indoeuropeo usado para designar aquello sobre lo que pensamos pero que no logramos comprender: mer-mer, asombrarse vívidamente, estar ansioso, cavilar exhaustivamente. A la luz sombría del lenguaje humano, el término sugiere una forma literaria que está mucho menos segura de sí misma que las memorias novelísticas de hoy día, donde la experiencia se cuenta sin esfuerzo.

Paradójicamente, lo más interesante por ser quizá lo que cuesta más comprender de las memoir de Michelle Obama Robinson, son sus contradicciones de fondo porque, no sé si voluntaria o involuntariamente, dan una dimensión menos de heroína afro americana arquetípica al personaje. Se entiende con dificultad el tránsito de una abogada ambiciosa centrada en ganar  dinero y en comprarse el último modelo de Saab a una profesional de  acción social y comunitaria, sino es por la influencia en más de un sentido de su nuevo marido. Lo mismo que el libro, pese a ser su protagonista un adalid del empoderamiento femenino,  es una evidencia constante de cómo su propia carrera y ambiciones profesionales  pasan siempre a segundo plano para dejar paso a las de su pareja.  604088_10152246058125578_1450908029_n

Dicen que cualquier cosa procesada por la memoria es ficción, y que la imaginación y la memoria no son antagónicas. Penguin Random House ha pagado más de 60 millones de dólares a la pareja por sus memorias, así que después de la ficción de Michelle, tendremos no dentro de mucho las de Barack, que espero poder seguir comprando en su versión digital, salvo novedades.

P.D Si tenéis curiosidad por el enorme despliegue mediático de Becoming, la mejor entrevista es sin duda la de… Oprah Winfrey. Os copio el link de you tube, justo debajo, aunque dura como una hora.

https://www.youtube.com/watch?v=xdA_QlawkmQ