Estuve anoche viendo de nuevo Youth, la película de Paolo Sorrentino de hace unos pocos años con dos divinos Harvey Keitel y Michael Caine, que me pareció aún más delicada y preciosa que la primera vez. El final con la puesta en escena de simple song #3 de David Lang cantada por la famosa soprano Sumi Jo, es un espectáculo visual y -claro- sonoro sorprendentemente bello y perturbador al mismo tiempo. No he podido evitar compartirlo hoy en el blog, aquí está.