
En esta taza desayunaba mi abuelo Hernán, tiene cicatrices de sus mudanzas y caídas, por el camino ha perdido el plato y el asa pero sigue en pie como tú y como yo y hoy florece de nuevo.
Si me estás leyendo esta mañana de desayuno tardío en que estrenamos año cargados de esperanza, te invito a brindar por las tazas reconvertidas, por la capacidad de superación del ser humano.
Feliz 2021